Por Angy Pasache Sernaqué
Semanas atrás, fui invitada por @Chapatubeca -una plataforma digital de preparación y acompañamiento en el proceso de búsqueda y postulación a oportunidades de formación internacional-. Fui invitada a participar como mentora en “Creciendo”, un programa dirigido a adolescentes de 3ro a 5to de secundaria, cuyo propósito es incentivarlos para que puedan alcanzar sus objetivos más desafiantes, así como informarles sobre la importancia de tener un plan de carrera profesional y, además, para conectarlos con personas inspiradoras que les permitan desarrollar así sus habilidades.
Para mí, fue una sorpresa dicha invitación; me preguntaba: ¿Por qué a mí? Al principio dudé un poco, lo confieso, pero luego acepté este gran reto.
Este último viernes pude compartir una mentoría con ellos, jóvenes y adolescentes del Perú profundo. La mayoría, son estudiantes de los diferentes colegios de alto rendimiento académicos del Perú (COAR), chicos con muchos sueños y metas; pero algo que me sorprendió es que todos ellos ya tenían metas claras y un plan bien definido de lo que querían lograr en la vida.
Gracias a esta experiencia, pude recordar mis inicios y darme cuenta cuánto he crecido profesionalmente.
Hace 13 años, cuando empecé, nadie daba ni diez céntimos por mí, nadie apostaba por una adolescente nacida y crecida en un centro poblado; ni mis propios padres. Tenía sueños muy altos, desde luego, pero, lamentablemente, pocos recursos para lograrlos.
¡Quién lo diría!, años después estaba dando mentorías, charlas y viajando a otros países gracias a becas. Yo una persona experimentada, con mayor conocimiento y ayudando a otras menores, menos experimentadas y con menor conocimiento. Cómo crecemos los seres humanos cuando nos proponemos salir de nuestra zona de confort, ¿no?
En el Perú no todo está perdido, esta experiencia me ha permitido conocer y entender que existe una generación que se está formando y educando, adolescentes que no se cansan de luchar por sus sueños, muchos de ellos nos están dando cátedra de lo que es nunca rendirse.
Si tienes un hijo, un hermano, un sobrino, o deseas estudiar -tú adolescente que me lees- pero no tienes los recursos, te invito a salir de tu zona de confort y a buscar las oportunidades que cambiarán tu vida. Hay infinidad de becas que esperan por ti y los tuyos.