Seamos realistas de nuestro actual nivel sin malograr el ambiente que se ha logrado en este último campeonato de baloncesto, al contrario, estas líneas son para ponerle punche.
Primero, el Social Paita es el merecido campeón, el que diga lo contrario es envidia pura porque lo que se gana en la cancha no tiene por qué ser cuestionado fuera de ella. Con equivocaciones en el arbitraje o no -que hubo muy pocas y para ambos lados en este último partido- el Social Paita logró mantener un quinteto estable, rápido, vehemente y mucho más efectivo que su rival.
El basquetbol, para quienes no conocen las reglas, es emoción pura cuando la pelota traspasa la red y la gente celebra, una y otra vez, porque eso es en sí el ambiente, la emoción de gritar punto tras punto en cuestión de segundos, con jugadas que, pareciera, son inventadas en ese mismo momento, cosa que no se logra en otros deportes.
El regreso de la gente al coliseo, belleza pura, por cierto, se debe a la participación de jugadores de otras ligas, tampoco es para que nos engañemos, menos para que limitemos esta llegada de jugadores a nuestro baloncesto, al contrario, es para que reaccionemos y actuemos para que esto no se pierda tras muchos años de ausencia de ese público que le da vida a las noches.
La liga de Piura por años se ha mantenido vigente y con mejor baloncesto en el norte gracias a jugadores de otras provincias. En mi época, el BANRENOR, el OLAYA y hasta el COLÁN se hicieron campeones gracias a jugadores de otras provincias. Es cosa de repasar nombres para que me den la razón. Chiclayanos, limeños, sullaneros, paiteños y hasta de Chulucanas en los últimos años han sido protagonistas en Piura. Y esto, contradiciendo a expertos paiteños, no hace que nuestros chicos desaparezcan del ambiente, no, esto es hasta una invitación e inspiración para ser mejores deportistas. Porque a un niño, el amor al deporte le llega, primero, por los ojos, y después, por el tipo de maestro que le toca. Es muy importante esto último porque el maestro tiene que ser, para esa edad, una persona a quien pueda admirar y respetar. Y en Paita los tenemos, eso nunca ha sido el problema. Sin embargo, cuando digo que el amor llega por los ojos, es porque el niño quiere ser basquetbolista porque ve a otros mayores que él jugando bonito, cuando papá y mamá los lleva al evento por primera vez y ellos, solos, escogen a su preferido, porque este deporte es lo más parecido al amor romántico, y cuando uno se enamora a primera vista es imposible no volver. Esto me pasó a mí y a muchos que tuvimos la suerte de llegar a vivir en este ambiente. El baloncesto es como un buen libro: te atrapa.
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Muchos niños han sido atrapados en este último campeonato, eso ni lo duden, y cuando crezcan entre ellos hablarán de tal o cual jugador que vieron por primera vez, porque eso no se borra nunca de nuestras mentes. Yo tengo a los míos, a los que vi y quise ser como ellos, buenos jugadores que respetaré por siempre y a quienes querré con mucho cariño, y que se los he dicho en alguna oportunidad. Pero, ¿cómo vamos a atrapar a los nuevos niños si no tenemos en nuestra liga buenos jugadores? ¿Ahora entienden por qué la sequía?
Pero el ambiente también atrapa a los protagonistas. Jugar con público es lo más hermoso que hay en esta vida. En el mismo Piura hace mucho que no se juega con ese ambiente que se ha jugado en este último campeonato porteño. Y es allí donde se debe aprovechar para mantener la emoción. Primero, reestructurar la liga para formalizar a todos; segundo, trabajar con los colegios porque ellos son la base para dentro de cuatro o cinco años. Soy consciente que esto es difícil por la falta de entrenadores en las escuelas, pero trabajar con colegios también es un trabajo para atrapar a más chicos. Sería un gran inicio para muchos. Y tercero, traer jugadores de buen nivel que mantengan la emoción mientras se trabaja en las nuevas generaciones. Esto es muy importante por lo expuesto líneas arriba (dos por equipo). No es difícil para Paita, es algo fácil para un puerto lleno de empresas. Es cuestión de gestión y nada más que gestión. Habrá algunos que vendrán por un sueldo y otros por un trabajo. ¿Cómo creen que se mantuvo el famoso equipo BANRENOR en Piura? No hay de otra manera, amigos.
Bueno, al final esto es solo una opinión de alguien que se enamoró por primera de vez del buen baloncesto y de buenos jugadores. También es solo una idea por si quieren mantener al público y, sobre todo, seamos realistas, mantener la emoción de ese niño que con una mirada se va enamorando de este lindo deporte mientras le dice NO a los vicios.