Una persona necia es alguien que hace cosas por debajo de lo normal, como el Sr. pre candidato a la alcaldía de Paita por Acción Popular, don Huber Vite, quien, cual torero que expone su humanidad, prefirió enfrentarse a sus enemigos, en la misma casa, siendo ellos “los dueños”, antes que buscar un nuevo camino para recorrer desde cero. Hoy, el comité electoral nacional del partido de la palana ha decidido excluirlo de su precandidatura.
Huber Vite pierde una gran oportunidad para convertirse en protagonista de la contienda electoral local. Había sumado adeptos gracias a su figura bien ganada como fiscalizador. Es que la gente está harta de lo mismo y busca la diferencia a ojos cerrados.
Pero Acción Popular no es un partido cualquiera donde valga tu cara, tu popularidad o tu dinero mientras no pase por sus directivas, y Huber Vite intentó pasar por encima de todo; primero, abriendo un nuevo local, sin permiso alguno, eludiendo los estatutos de un partido político con una estructura definida; y segundo, enfrentando con bombos y platillos a la gestión que lo llevó al concejo municipal, como regidor, cuando, creemos, es primero en casa donde se lavan los trapos sucios.
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Huber Vite -está clarísimo- está muy mal asesorado. Es más emoción que pensamiento, es más bulla que serenidad, y en política no gana el más rápido sino el constante, pero además el calculador. Las cosas en la vida no se le dan al que pide con insistencia ni al que las merece, sino al que sabe pedirlas.
Huber Vite, para muchos, y me incluyo, ha cometido el gravísimo error de insistir donde no lo quieren y ha perdido tal vez la única oportunidad para ser el alcalde por méritos propios y no por leguleyadas. No era el partido lo que la gente buscaba, era a él, así son los gustos en los electores, es natural que cada cierto tiempo los paiteños busquen esperanzas sin conocer más del individuo que una pose altruista y fiscalizadora.
¿Qué es lo que le toca hacer?
Modestamente, creemos que, si don Huber Vite piensa por primera vez en su vida, y deja de lado a sus limitados asesores, más le conviene quedarse callado en la próxima contienda electoral, antes que endosar su ya popularidad a otro candidato, simplemente, porque se evitaría responder por cosas que no haya hecho en los próximos años, cosas que le pasarán factura cuando intente renacer desde las cenizas producidas por él mismo gracias a su necedad.