Prisma, es una asociación cultural integrada por seis destacados artistas paiteños, pero solo pude conocer a cinco de ellos. Son rebeldes e inconformes por naturaleza, no encajan en el montón, menos en el statu quo y, al unísono, a pesar de toda la experiencia que han conseguido trabajando duro en lo que les apasiona, dicen que se hallan apenas en el periodo inicial de lo que se han propuesto realizar en bien de su tierra y su gente. Están juntos hace siete años porque creen en esa obligación ciudadana de vivir en la indignación permanente para intentar cambiar las cosas que a otros no les conviene. Ellos hacen arte del bueno para compartirlo, pero valorándose. No se regatean y llaman a las cosas por su nombre porque no son simples rebeldes, sino inconformes constantes. Dicen que si no fuera por los inconformes, en este puerto seguiríamos trasladándonos en mulas.
Esa inconformidad hizo que, uno a uno, en diferentes situaciones, pero por el mismo tema específico, salieran de su antigua asociación para convertirse en artistas libres. Para ser un miembro de Prisma hay que sentir la necesidad de hacer arte. Y de los más de quince miembros que fueron inicialmente, quedaron los seis inconformes que hoy levantan su voz a través de sus obras.
“Somos el ente a través del cual el arte nos diversifica para llevar arte y cultura hacia el pueblo”, dice Iván Farías Noé.
“Decidí descolgar mis cuadros y salir de esa asociación porque mis ideas no las tomaban en cuenta”, dice Jorge Yamunaqué Pasache.
“Por discrepancias preferí convertirme en un artista libre”, dice John Ancajima Vite, hoy presidente de Prisma.
“Nos fuimos porque veíamos irregularidades, por incomodidad, uno no puede seguir en un lugar donde no está conforme con nada”, dicen Juan Carlos Fernández y Jairo Guerrero Huayanay.
Artistas miembros de la Asociación Cultural PRISMA
De pie: Jorge Yamunaqué Pasache, Juan Carlos Fernández, Jairo Guerrero y Luis Fernández Poicón
Sentados: John Ancajima Vite e Iván Farías Noé
Hoy los Prisma enfrentan a los candidatos a la alcaldía porque no creen solo en las palabras bonitas de los discursos. Ellos necesitan y exigen saber cómo se va a trabajar en los próximos años en el ambiente donde ellos son los actores principales. La cultura, es sabido, es caballito de batalla solo en tiempos de elecciones, y por eso han decidido interactuar con cada candidato para exigirle sus propuestas, así como para tantear a cada uno de ellos y entender cómo piensa un político respecto a su trabajo.
“Hablemos de Cultura”, es el evento que han organizado para interactuar con los políticos que buscan el sillón más importante de la provincia. Son entrevistas y conversaciones individuales donde cada candidato no solo se desnudará ante ellos, sino que saldrá fortalecido con los proyectos e ideas de cada integrante de la asociación. Los Prisma, con este evento en proceso, no intentan cuestionar, sino aprender, discernir y también enseñar para llegar a una idea en conjunto. Todo en beneficio de un pueblo como Paita que carece de una política cultural y de espacios para difusión.
“El rol del artista es bastante protagónico”, dice Iván Farías Noé, “es despertar conciencias porque las obras no son decorativas, sino expresivas”.
Jairo Guerrero se volvió caricaturista viendo a su profesor de la secundaria. Es autodidacta, pero con mucho esfuerzo y práctica ha logrado plasmar a muchos personajes locales, regionales, nacionales, así como internacionales que han quedado impresionados con su trabajo; pero no está satisfecho con ello, se exige y continúa en la búsqueda constante de la perfección. Su arte está lejos de querer dañar a la persona, dice, es simplemente resaltar sus rasgos con buen humor. Y antes de emprender con un nuevo proyecto, la piensa, la imagina, se pregunta si vale la pena o no y suele buscar la opinión de su pareja. A “JAIKEN”, como firma sus obras, sus compañeros le dicen que no debería regalar su arte, pero él cree que sus caricaturas son para ser compartidas en especial con los caricaturizados, y las obsequia; no obstante, está abierto y dispuesto para caricaturizar por encargo. Es cuestión de conversar y llegar a un acuerdo para que cualquier mortal tenga su caricatura expuesta en la pared de su casa. ¿Quién no ha soñado con ser caricaturizado? Yo, por ejemplo, quien escribe estas letras, soñaba con que alguien me hiciera una, y JAIKEN me hizo dos. No una, sino dos, como bueno. ¿Se puede estar más conforme y feliz por eso?
Juan Carlos Fernández Poicón es artista plástico profesional y experto en diseño gráfico. Y desde muy niño se sintió atraído por el arte y el color; es que lo lleva en las venas, dice, porque sus tíos son artistas y de los buenos. Siempre se imaginó estudiando en la escuela de bellas artes y lo cumplió con felicidad. Su primera obra, está convencido de eso, la consiguió a los trece años de edad. La tiene en su casa, no está en venta, no hay dinero que valga desprenderse de ella y la ha separado como tantas otras que están llenas de mucha intimidad y que forman una especial galería personal que no se negocia.
John Ancajima Vite nunca se imaginó dedicarse de lleno al arte. Le gustaba desde muy niño, lo practicaba, pero pensó en primera instancia que era algo pasajero. Fue su profesor de la secundaria, Paulo César Saavedra, quien le hizo entender la importancia del arte y del artista en la sociedad. Hoy es un profesional egresado de la escuela de bellas artes donde ingresó en los primeros puestos sin tener antes talleres de preparación, gracias a su talento innato. Ha confesado que, en su adolescencia, fue admirador de su hoy compañero, Juan Carlos Fernández Poicón. Expone desde los quince años y hoy es el actual presidente de la asociación cultural PRISMA.
Iván Farías Noé dice con total naturalidad que se nace artista, pero que es un don que hay que trabajarlo con mucha dedicación, puliéndolo día a día. Su mentor fue su hoy compañero de la asociación, el profesor Jorge Yamunaqué Pasache, a quien conoció desde muy niño cuando su madre lo llevó para que aprendiera de los mejores. Está feliz de los padres que tuvo y tiene, así como de todo su entorno cercano porque siempre lo apoyaron en sus gustos y proyectos. Es profesional egresado de la escuela de bellas artes Ignacio Merino de Piura, la misma que ha albergado a sus compañeros de la asociación, y donde pudo completar su primera obra, a los diecinueve años, que vendió con mucho agrado porque, afirma, su arte tiene que ser compartido con todo el que lo desee. Iván es consciente que hay que trabajar duro para conseguir un sitial en este mundo. “Lo importante es no ser uno más del montón”, dice de manera clara.
Jorge Yamunaqué Pasache es profesor de aula con mucha experiencia. Muchos de los artistas de la región han sido sus alumnos y es una satisfacción que no puede esconder. Pero él no solo es un simple profesor que sigue las “currículas de los especialistas en educación”, sino que aporta con propuestas innovadoras en la enseñanza. Trabaja en su colegio uniendo todas las artes y está convencido que el profesor tiene que ser una imagen y un ejemplo para, no solo los alumnos, sino para la sociedad en su conjunto. Lo más importante para él es enseñar el valor de lo trabajado. Hacer o intentar hacer arte, cambia a los jóvenes, los transforma, los educa, es una constante educación y formación: les cambia la vida.
Los cinco artistas se reunieron en el local de la Sociedad de Artesanos de Auxilios Mutuos (SAAM) para cumplir con parte de su propuesta, donde entrevistaron a algunos de los candidatos. En realidad, de los que desean hacerlo porque no exigen, sino se muestran para ver quién accede, o para ser exactos, quién es el que tiene las mejores propuestas. Ellos no quieren que los candidatos a la alcaldía de Paita solo hablen, sino que muestren objetivos. Es importante para ellos que el futuro primer vecino del puerto tenga una visión clara a largo plazo.
Fotografía del periodista Jorge Castro
La casa de la cultura, por ejemplo, así como la restauración de los monumentos históricos tan venidos a menos, es algo importante que no se debe dejar de lado. “Se necesitan proyectos de integración donde participen todas las asociaciones en actividad”, aseguran en conjunto. La Casa de la cultura, por ejemplo, tiene la importancia de direccionar los proyectos artísticos y tiene que contar con espacios para teatro, así como para galerías y auditorios acústicos, entre otros.
Los PRISMA buscan trabajar desde los colegios. Los directores tienen que ser capaces de abrir las puertas de las escuelas para que entren el arte y para que los alumnos visiten a sus artistas locales cuando se presente alguna novedad. “Hablarles a los chicos sobre el desarrollo social-cultural es fortalecerles su desarrollo personal”, están convencidos los PRISMA.
Por el momento, aclaran, la asociación cultural PRISMA tiene estatutos que rigen, pero que limita el acceso a más miembros de diferentes especialidades, es decir, solo artistas plásticos por el momento, pero no descartan que, con el tiempo, puedan ser cambiados e integrar a más como, por ejemplo, poetas y escritores en general.
Tienen malas experiencias con políticos locales que los usaron para su propio beneficio. En particular, Iván Farías Noé tuvo una participación directa con una de ellas. Si antes lo buscó personalmente, hoy no es recibido en su despacho; es más, le han dicho que solo puede hablar con su asistente.
A los políticos y a las gestiones en general solo les interesa la bulla, eso lo tienen claro, y por eso han decidido enfrentarlos en este evento denominado “Hablemos de Cultura”, aunque les cueste, aunque gestionar sea sacar de su propio peculio, no importa con tal de seguir avanzando en lo que se cree es el camino.
LA PAITEÑA DE EXPORTACIÓN
Los PRISMA están más activos que nunca en esta nueva campaña electoral. Ellos no se unen a los aplausos de los mortales comunes y corrientes, sino que buscan las mejores propuestas y aportan a ellas. Los PRISMA no se conforman con nada y avanzan a paso seguro entre las sombras que nadie transita. Son tercos, rebeldes e inconformes por naturaleza y porque es necesario serlo en un lugar como Paita. Los PRISMA evolucionan día a día y han puesto los intereses de su tierra por encima de sus intereses personales. “Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo”, dice la frase atribuida al pintor holandés Vincent van Gogh, y que los PRISMA la tienen bien clara.