Paita siempre ha sido, desde sus orígenes, un enclave estratégico para el comercio y el desarrollo económico, no solo de la región, sino del país. Sin embargo, a pesar de su potencial, el puerto ha estado estancado en una problemática crónica que no parece tener solución. ¿La razón detrás de esto? El proselitismo barato, el clientelismo y el populismo, que han prevalecido en la política local. Pareciera que nunca va a llegar la hora de superar estas prácticas retrógradas, y por eso nos permitimos sugerir un liderazgo más amplio y progresista (entiéndase como progreso y que no salten las diatribas consabidas de la DBA a interpretar a su antojo la idea detrás de esta palabra) que realmente brinde soluciones a los desafíos de Paita.
El truco de la política tradicional
El proselitismo barato y el clientelismo, son dos caras de la misma moneda en la política tradicional. Los políticos utilizan promesas vacías y acciones repetitivas para llegar al poder, sin ofrecer soluciones reales a los problemas de la comunidad. En el caso de Paita, esto se ha traducido en un estancamiento en el desarrollo del puerto, no solo en infraestructura, sino también en aspectos sociales. Esta falta de visión, a largo plazo, ha perpetuado estas prácticas obsoletas: el uso sin pudor alguno de las “portátiles”, acarreo de personas que, atraídas por un resarcimiento barato debido a sus condiciones precarias, son prestos a aceptar sin cuestionamientos.
En lugar de abordar los desafíos estructurales que enfrenta el puerto, los políticos de turno han recurrido a prácticas clientelistas, priorizando la búsqueda de aceptación popular y aprobación de sus escasas y nulas acciones. Todo esto por encima del bienestar de la comunidad en su conjunto. Esto ha perpetuado un ciclo vicioso de ineficiencia y corrupción “light”, refugiada bajo el eufemismo de acciones políticas, en lugar de promover un desarrollo sostenible y equitativo. El “statu quo” pareciera ser la consigna.
¿Se necesita un liderazgo más amplio y progresista?
Para superar esta problemática, es fundamental contar en Paita con un liderazgo más amplio y progresista -si se quiere agresivo en el sentido de atacar los problemas de raíz-. Una autoridad política como el alcalde, con claridad estratégica a largo plazo, capaz de formular y ejecutar políticas que impulsen el desarrollo del puerto de manera sostenible y beneficiosa para todos los habitantes de la región. Notamos con preocupación que en momentos en que en casi todos los niveles del estado peruano se habla de precariedad económica para afrontar temas álgidos, sale a la luz la propuesta de una nueva o reconstruida Plaza de Armas, dejando de lado lo importante y esencial: los problemas de siempre.
Importante reconocer que el ingeniero paiteño Steven Reforme hace un gran trabajo profesional, y su valía como arquitecto está fuera de toda duda, así como su capacidad no está en absoluto en entredicho; por otro lado, viendo en retrospectiva, recordemos que la Plaza de Armas original fue destruida. Sí, destruida para dar paso al mamotreto actual gracias al favorecimiento descarado que hiciera el extinto exalcalde don Alejandro Torres Vega con uno de sus familiares, lo cual constituyó la destrucción del patrimonio y la disolución de un espacio que durante décadas sirvió como punto de encuentro de la sociedad paiteña. Nuevamente, se vislumbra otra renovación, y así sucesivamente con el malecón. Paita parece tener el récord de plazuelas per cápita en el Perú. Cuenten solo en la parte baja, desde la plazuela Cárcamo hasta el monumento al obrero frente (muy convenientemente) a la casa del exalcalde Germán Tay, el mismo que tugurizó el malecón de los paiteños.
La proliferación de plazuelas, me pregunto: ¿Mejoran el aspecto de nuestra ciudad? ¿Le dan valor agregado a nuestro entorno?
Vimos cómo, en la cuestionada administración de Reymundo Dioses, se birlaron dinero del fisco con la “Plaza Mayor” y la plazuela Jaime Navach. Un claro ejemplo de estas políticas de plazuelas es el mal llamado monumento al pescador, que es una vergüenza.
Tengo muchas reservas respecto de esos proyectos, ¡qué curioso!, ningún gobernante con o sin preparación académica han visto la necesidad imperiosa de contar con un museo que cobije a las artes y legado de los paiteños; o un centro multipropósito para actividades comunales.
¿Será que no producen réditos electorales? Tengo grandes dudas alimentadas por años de ver las mismas prácticas.
Ante este claro ejemplo, no cabe más que cuestionar si la administración actual, no puede o no tiene la capacidad para resolver el tema de las aguas fétidas colindantes que discurren alegremente por el zanjón y que acompañarían esta nueva obra si llega a realizarse (dirán, eso es responsabilidad de la EPS Grau) si es así el pensamiento ¿De qué valor agregado podemos citar con respecto a nuestras autoridades que no tienen la fortaleza para liderar un cambio sobre esta tara que arrastran varias administraciones? ¿Se puede hacer? ¡Entonces hágalo! ¿No puede, no quiere o no hay capacidad?
Ya han pasado varias administraciones en una opereta de excusas, y otra más de la actual pondría en evidencia su incapacidad no solo en este apartado, sino en varios pendientes que tienen para con la sociedad paiteña. Para citar unas como, la problemática sin resolver del agua, saneamiento, seguridad, la polución ambiental ¡Paita es insalubre por los cuatro costados!
Queremos pensar que el señor alcalde, Pedro Cuadros Alzamora, tiene esa capacidad y es que no la ha podido poner en práctica aún. Queremos encarecidamente pensar que es materia de tiempo verlo acometer con bríos en la solución de estas demandas por resolver. También entendemos que sería utópico pensar que él solo va a solucionar todos estos temas. Pero lo que sí es obligatorio de su parte es, de manera objetiva, empezar a dar ese primer paso con la seriedad que pareciera tener.
Este liderazgo progresista que sugerimos debe basarse en la transparencia, la rendición de cuentas y el compromiso con el bienestar común. Debe alejarse de las prácticas populistas que solo buscan ganar aplauso a corto plazo, y en su lugar, centrarse en proyectos concretos que aborden los problemas subyacentes del puerto y fomenten la participación ciudadana en la toma de decisiones.
¿Qué soluciones requiere Paita?
En lugar de acciones repetitivas y promesas vacías, Paita necesita soluciones concretas y factibles para su problemática como provincia. Esto podría incluir inversiones en infraestructura moderna y eficiente; la promoción de alianzas estratégicas con actores clave en el comercio internacional; el fomento de la innovación y la diversificación económica; dejar de lado la informalidad en todos los ámbitos y que campea en nuestro entorno; así como la mejora de la gobernanza y la transparencia en la gestión municipal.
No se puede negar que la sociedad paiteña ha vivido un “largo periodo de regresión social”. Esta frase claramente indica que nuestra comunidad ha experimentado un retroceso o deterioro en términos sociales durante un período prolongado. La palabra “regresión”, implica que se ha producido un cambio negativo o una disminución en áreas clave de la vida social, como el bienestar, la igualdad, los derechos humanos o la calidad de vida en general.
El término “largo periodo”, indica que este fenómeno ha persistido durante un tiempo considerable, lo que implica que no se trata de un evento aislado o temporal, sino de una tendencia o patrón continuo.
En lo económico, Paita sufre de altas tasas de desempleo, aumento de la pobreza, precariedad en vivienda, inseguridad. En lo humano, ha habido una disminución en la tolerancia, la solidaridad, el respeto a las diferencias, una caída abismal en la calidad de vida, a todas luces un cuadro desolador por donde se le mire.
Además, es esencial fortalecer la educación y la formación de la fuerza laboral local para asegurar que los paiteños puedan acceder a empleos de calidad en la industria tanto pesquera como portuaria y en los sectores relacionados.
Insistimos: es hora de dejar atrás el proselitismo barato, el clientelismo y el populismo que han dominado la escena política en Paita durante demasiado tiempo. Para superar los desafíos de nuestra comunidad y avanzar hacia un desarrollo sostenible y equitativo, se necesita un liderazgo proactivo y progresista con una visión amplia y comprometido con el bienestar de toda la comunidad.
Los desafíos a resolver, no necesariamente en ese orden, pero allí están para enfrentarlos de manera seria y con inmensa vocación de servicio. El resto son solo sainetes de poca monta.
Lo importante
- Desarrollo económico limitado
- Pobreza y desigualdad
- Infraestructura deficiente
- Educación de baja calidad
- Acceso limitado a servicios de salud
- Problemas ambientales
- Inseguridad ciudadana