Siete meses, don Huber Vite, solo siete meses para demostrar que es diferente y no es uno más del montón, como los incapaces que abundan en nuestra memoria.
Huber Vite, para muchos paiteños, es la diferencia hecha persona en los últimos treinta años de vida política en el puerto de Paita. Nunca antes un regidor se entregó por completo a su cargo de fiscalizador y puso el pecho para enfrentarse ante los malos manejos de su propia gestión; al contrario, todos se han mostrado como muñecos de trapo para los alcaldes. Huber Vite no ha sido oposición, sino que llegó a la municipal de Paita gracias a los mismos que ahora lo odian por haberlos expuesto en más de una oportunidad. Huber Vite ha sido la piedra en el zapato y ha marcado un antes y un después en el cargo, se ha llenado de enemigos por eso y la mayoría de porteños, gracias a su insistencia, hoy aplaude su regreso. No es un secreto que, durante su estadía en la Municipalidad, ha tenido al concejo en contra, quienes lo vacaron con ganas, pero que hoy tienen que verlo, en contra de sus propios intereses, otra vez en el sillón más importante de la comuna. Hoy Huber Vite ha regresado por la puerta grande, literalmente, entre hurras y abrazos de paiteños que saben reconocer que no es más de lo mismo. No obstante, Huber Vite ya no será un fiscalizador, sino un ejecutor que no tiene más que siete meses para actuar con rapidez y marcar la diferencia con su antecesor que hoy lo observará desde el segundo sillón más importante del concejo.
No la tiene fácil porque no tiene mayoría en el pleno; es más, ni siquiera tiene amigos y sabemos que no es bien visto por la manera cómo fue expulsado; pero necesita de ellos para hacer cambios radicales y sentar las bases para cambiar de rumbo, si acaso tiene en mente hacerlo.
Huber Vite otra vez es el alcalde de Paita y, como tal, tiene que empezar a actuar. Ya no más palabras en contra de otros, desde hoy solo tiene que dar soluciones, ahora está en la otra vereda, en la que siempre criticó con ganas y por la que ha venido luchando un buen tiempo. “Una cosa es con guitarra y otra con cajón”
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¿Por qué Huber Vite fue el regidor diferente?
Un amigo, hace mucho tiempo, me dijo que para estar en gestión pública, en especial como regidor, en una provincia tan difícil de gobernar como Paita, hay que escoger a las personas que no tengan necesidad de dinero, para que no se vendan por cualquier motivo y puedan enfrentarse en cualquier momento a su propio jefe. Tal vez sea un comentario cruel el de mi amigo; sin embargo, Huber Vite ha dado señales de que nunca les debió nada y pudo ejercer su cargo con libertad, la misma libertad que lo hizo enfrentarse a las sombras ejecutoras que nunca dan la cara ni la firma y de pedir la expulsión de los malos elementos, lo que otros no pueden hacer por haber sacado antes provecho personal. A pocos meses para las nuevas elecciones municipales, esto debería ser un ejemplo para los próximos regidores. ¿Llegarán con ganas de fiscalizar o de ganarse alguito? Ya el tiempo nos lo dirá.
Son siete meses donde la nueva autoridad tendrá que marcar diferencia entre populismo y gestión, entre verse como un próximo candidato o como el alcalde de todos. Los paiteños ya están hartos de palabrerías, poses con medallas y fotos editadas. Necesitamos que las obras no se paralicen, que la seguridad no sea un abuso para los conductores de vehículos, sino una buena medida de precaución para todos los habitantes. Don Huber Vite tiene que estar consciente que la luna de miel se romperá, por ejemplo, cuando vuelva a salirse el desagüe, cuando no haya agua tres días seguidos y cuando alguno de los nuevos funcionarios escogidos sea descubierto con un currículo oscuro.
Tremenda tarea la que le espera al nuevo alcalde, y no hay mucho tiempo para demostrar que no solo está hecho para fiscalizar, sino para actuar, lo que Paita está esperando desde hace muchos años mientras se conforma con elegir a cada improvisado que llega más por el poder que le da su dinero que por los méritos que le brinda su intelecto.
Siete meses, don Huber Vite, solo siete meses para demostrar que es diferente y no es uno más del montón, como los incapaces que abundan en nuestra memoria.